Según
el diccionario de la Real Academia Española, la palabra túmulo, entre
las diferentes acepciones, tiene dos que nos interesas para los efectos
de este escrito.
Túmulo.
(Del lat. tumŭlus).
2. m. Armazón de madera, vestida de paños fúnebres, que se erige para la celebración de las honras de un difunto.
Vemos
que estos significados tienen que ver con el tema
funerario. En Venezuela, en las encrucijadas o en los caminos se solían
ver túmulos de piedras y se construían en los lugares donde ha caído una
persona muerta; bien por asesinato, accidente o muerte natural.
Estos
túmulos usualmente tienen una cruz, por modesta que sea, en su vértice.
A medida que pasa el tiempo el túmulo crece y adquiere una forma
piramidal y algún pariente o buen samaritano le coloca una cruz en el
vértice del monumento. Igual sigue creciendo y le acondicionan un
espacio para que algún deudo le prenda una vela.
Los
transeúntes le lanzan tres piedras con gran fervor las cuales
enriquecen el túmulo. Esta tradición al parecer significa tres oraciones
para el fallecido y protección en el viaje.
Esta
costumbre al parecer es de honda tradición indígena. Pero se cree que
el significado de las plegarias es ya un mestizaje cultural con el
cristianismo.
En
Venezuela han existido túmulos famosos. Uno entre Yaritagua y Sabana de
Parra, sitio donde el general José Antonio Páez liquidó a un bandolero
que pretendió asaltarlo. Había uno cerca de Ospino, donde se decía había
sido enterrado el sanguinario caudillo realista Yánez.
En
Maiquetía hay un relato registrado por el poeta Francisco de Paula
Páez, sobre la “viejecita Tomasa” quien infaliblemente recogía piedras
en el camino y las colocaba al pie del monumento de la Virgen de
Lourdes. Cada piedra una invocación.(1)
(1) “El Heraldo”, 30 de octubre de 1951
Escrito en marzo del 2011
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